Paulo Londra volvió a encontrarse con su público chileno en un Movistar Arena lleno y dispuesto a vivir dos horas de euforia. Con una puesta audiovisual cautivante —pantallas en alta definición, un diseño de luces agresivo y banda afiatada— el cordobés repasó su catálogo entre golpes de trap y pop urbano, marcando un regreso a la altura de las expectativas.
Desde el arranque, el ambiente se encendió con una racha de éxitos que el público cantó de principio a fin. “Tal Vez”, “Cadenas”, “Adán y Eva” y “Plan A” funcionaron como puntapié inicial de un primer tramo que alternó la potencia rítmica con estribillos coreables, confirmando la vigencia de himnos que acumulan millones de reproducciones y dominan los ranking en la región.
El show encontró su quiebre emocional con el bloque “Versus”, el material más reciente del argentino, donde mostró su costado íntimo y, al mismo tiempo, el retorno al trap que lo vio nacer. Ahí, “Sin Cadenas”, “Gracias”, “PVSL”, “Next” y “Mi Versión” bajaron la velocidad para subir la intensidad: letras confesionales, flow en primer plano y un ida y vuelta cercano con la cancha y las plateas.
Uno de los momentos más celebrados llegó con el invitado especial King Savage. Juntos, desataron la ovación con “A200 Remix”, tema compartido que ya supera ampliamente las decenas de millones de reproducciones y que, en vivo, explotó: teléfonos en alto, gritos y el Movistar Arena convertido en pista.
Sin bises eternos ni rellenos, Londra apostó por un set sólido, cuidando transiciones y dinamismo. Entre el empuje de sus clásicos y la frescura de sus lanzamientos, terminó sellando un reencuentro que combinó espectáculo, emoción y oficio.
Ahora, el artista sigue ruta con presentaciones confirmadas en Colombia (Festival Cordillera) y Ecuador, mientras en Argentina ya se palpita su vuelta a casa. Una parada en Santiago que dejó claro que el “león” está de regreso y rugiendo fuerte.