Ni la lluvia ni las bajas temperaturas de este jueves fueron excusa para que la fanaticada de Bacilos, la banda estadounidense de raíces latinoamericanas, llegara hasta el Movistar Arena para ser parte de una de las jornadas más esperadas por su público en Santiago.
La gente fue llegando lentamente hasta el coliseo del Parque O’Higgins, con la necesidad de revalidar el cariño que la banda liderada por Jorge Villamizar y André Lópes ha sabido capitalizar en tierras chilenas, gracias a sus clásicos de siempre y que hacen que las personas sencillamente se entreguen a sus melódicas canciones.
“Permiso” y “Pasos de gigante” fueron las primeras dos canciones que el público recepcionó con emoción, tras el saludo y agradecimiento del vocalista de la banda, la canción “Por hacerme el bueno” terminó rompiendo el hielo y fue el detonante esencial para que las personas definitivamente se despojaran de la quietud de los primero minutos y comenzaran a vivir la fiesta que se vendría luego.
Cada uno de los temas propuso un momento particular y único. «Pequeños Romances» , “Las notas de mi psicóloga”, “Yo no sé mañana” y la rítmica “Holala” fueron parte de la velada.
Llegó el turno de “Tabaco y Chanel” y la emoción del público transformó el lugar en un karaoke humano con miles de voces que cantaron al unísono de principio a fin, la que para muchos es uno de los himnos más bellos del repertorio de Bacilos. A ello continuó “Mi primer millón”, para seguir luego con “Caraluna”, con una previa de violín que pavimentó el camino de una de las canciones que sacaron más aplausos en la noche.
Un carisma a toda prueba por parte de Villamizar y Lopes, sumado a la excelencia de cada uno de sus sesionistas que brillaron en todo momento, fueron la tónica de una noche redonda y que hizo olvidar el frío durante los minutos en que Bacilos transformó el Movistar Arena en una caja de resonancia de canciones con letras románticas y ritmos latinos.
