FOTOS: DGMEDIOS / @andieborie
En su tercer concierto de la serie en Chile, Chayanne confirmó por qué su espectáculo funciona como reloj: una mezcla precisa de ritmo, nostalgia y cercanía que alterna coreografías pulidas con guiños al cancionero romántico que lo hizo transversal.
La noche partió con el pie en el acelerador. “Bailemos otra vez” encendió la cancha y dio paso a un bloque cien por ciento bailable con “Salomé” y “Boom Boom”, tríada que marcó el tono festivo desde el arranque. Con el ambiente arriba, el puertorriqueño bajó la intensidad para lucir la voz en “El centro de mi corazón”, primer respiro emotivo de la velada.
De ahí en más, el libreto avanzó en formato de medleys que mantuvieron la curva en alto. Primero, el dúo “Provócame / Caprichosa”; luego, el pulso romántico de “Cuidarte el alma / Atado a tu amor” y el tandem fiestero “La clave / Baila baila”. En medio, un guiño especial: “Y tú te vas”, presentada como homenaje a Franco de Vita, que encontró a la cúpula coreando de principio a fin.
El tramo central fue un viaje por clásicos de distintas épocas: “Yo te amo / Volver a nacer / Tu pirata soy yo / Completamente enamorados” apeló directo a la memoria afectiva, antes de soltar la chispa caribeña de “Palo bonito / Este ritmo se baila así”. Con “Fiesta en América” llegó la presentación de la banda y el cuerpo de baile, momento que reafirmó el sello coreográfico y el músculo de una agrupación aceitada.
El cierre del set principal equilibró baladas y pop urbano: “Si nos quedara poco tiempo” y “Te amo y punto” llevaron la emoción a flor de piel; “Humanos a Marte / Como tú y yo” devolvieron el beat al recinto; “Madre Tierra (Oye)”subrayó el costado festivo y “Dejaría todo” dejó la pista lista para el bis.
El encore fue una postal en tres actos. Primero, “Tiempo de vals”, con linternas encendidas y parejas marcando el compás. Luego, “Bailando bachata”, en la que Chayanne invitó a una mujer del público a bailar en el escenario, uno de los momentos más aplaudidos de la noche. Y el remate: “Un siglo sin ti” y “Torero”, combo que cerró con euforia y dejó a la audiencia de pie.
Un show compacto, de alto rendimiento y emoción dosificada. Chayanne navegó con soltura entre la pista y la balada, sostuvo la energía con medleys bien hilados y regaló un final que combinó cercanía, repertorio infalible y oficio escénico.